CRÍTICA A LA CLASE DE FILOSOFÍA 

La asignatura de filosofía es una de las que más estaba deseando cursar al llegar a bachillerato, ya que a raíz de una serie que vi me despertó un gran interés. 

Normalmente, al menos en mi caso, cuando oyes hablar de filosofía muchos se limitan a decir que lo único que se aprende con ella es algo acerca de la vida de grandes filósofos como Platón o Aristóteles y que lo que te vas a llevar del aula a casa y a tu día a día no va a ser mas que un montón de teoría para memorizar y luego vomitar en el examen. Después de haber experimentado en qué consiste la asignatura, no creo que sea para nada así porque, aunque está claro que hay teoría que estudiar al igual que en la mayoría de asignaturas, la filosofía tiene mucho más que enseñar. 

Este año he aprendido innumerables cosas de gran valor, por ejemplo, que todos deberíamos aprender a dudar y a cuestionar las cosas que nos imponen o que nos impone la sociedad muchas veces, también a perder el miedo a ser juzgados por opinar de una manera distinta o simplemente por interesarnos en darle explicación a ciertas cosas porque cultivarse en estos ámbitos no está de moda entre los jóvenes de hoy en día y, sobre todo, a no dar nada por sentado, que hay mucho en lo que pensar ya que la filosofía está en todas partes. Pero como todo, la motivación de los alumnos recae en muchos casos sobre el profesor y en cómo imparte la materia y, personalmente, el profesor nos ha motivado hasta el infinito.

Las clases se han hecho muy amenas y dinámicas, además de que la relación cultivada entre alumno y profesor que no ha podido ser mejor. Los conceptos y comprender a los grandes pensadores se han convertido en una de las tareas más sencillas e interesantes y el ambiente de seguridad y cero prejuicios han sido algo esencial en el desarrollo de asignatura.  

En conclusión, no tengo más que dar gracias a la filosofía por haber sido una asignatura que realmente me ha hecho reflexionar acerca de ciertas cosas y cambiar mi manera de ver algunas otras, por dejar claro que pensar y cuestionarse las cosas es algo fundamental y por haberme hecho disfrutar como no me había hecho disfrutar una materia en mucho tiempo.